Azul...
Sentados, tocando con el corazón sus ojos. Una mirada que significaba más que una razón para vivir. Anochecía, el más triste crepúsculo.En el fondo ninguno quería decir algo, temían romper la magia de ese último momento.
Él dijo: -Te odie, más que a nadie-
Contesto ella: -Te amo todo aquello que se puede amar a alguien-
-Y yo a ti, hubiera sido bello- replicó finalmente él.
El último abrazo, la culminación de un amor terrenal. Lagrimas y el beso más salado.
Fue inevitable, un planeta azul... completamente azul...
Luis Eduardo Escutia Hdez. (08/03/06)
